MIS FAVORITOS

sábado, 25 de septiembre de 2010

ARQUETIPO 6: EL COQUETO/A




La habilidad para retardar la satisfacción, el placer, es el Arte consumado de la seducción: mientras espera la victima esta incierta de tu comportamiento y de lo que tu estas pensando. Los coquetos son grandes maestros de este juego, pues orquestan el vaivén entre esperanza y frustración. Juegan con una promesa de premio (la esperanza de placer físico, felicidad, fama por asociación, poder) que resulta elusiva, pero que solo provoca que sus objetivos las persigan mas. Los coquetos semejan ser totalmente autosuficiente: no te necesitan, parecen decir, y su narcisismo resulta endemoniadamente atractivo. La estrategia del coqueto es nunca ofrecer satisfacción total, imita la vehemencia e indiferencia alternadas de la coqueta/o y mantendrás al seducido/a tras de ti.

El coqueto es un Arquetipo con el que me identifico mucho, nunca damos la satisfacción total, a veces nuestra estrategia es tener control, y nos Maguean cuando nos sacan el control que tanto deseamos siempre tener. Queremos Ver, Oír y hacer Sentir a la otra persona que tenemos una total seguridad de nosotros mismos y que no necesitamos de ella. Con lo cual ella se preguntara, que le pasa? Y mira bien mis palabras, “Siempre la duda jugara a tu favor” si ella duda sobre lo que te pasa, pero ve tu seguridad, se sentirá insegura pero a su vez atraída. Juega con el calor y el frío, al principio muestra atención pero luego aléjate, y siempre tienes que saber manejar los tiempos, cuando dar calor y cuando mostrar distancia.

Existen dos tipos de Coquetos: Un tipo Femenino y Otro Masculino.

1- La coqueta Vehemente y Fría: En el otoño de 1795, Paris cayó en un extraño vértigo. El reino del terror que siguió a la Revolución Francesa había terminado, el ruido de la guillotina se había extinguido. La ciudad exhalo un colectivo suspiro de alivio, y dio paso a celebraciones desenfrenadas e interminables festejos. Al joven Napoleón no le interesaban tales jolgorios, se había hecho famoso como general brillante y audaz al ayudar a sofocar la rebelión en las provincias, pero su ambición era ilimitada, y ardía en deseos de nuevas conquistas. Así, cuando en octubre de ese año la viuda Josefina de Beauhrnais, de treinta y tres años, visito sus oficinas, él no pudo menos que confundirse. Josefina era demasiado exótica, y todo en ella era lánguido y sensual. Por otra parte tenia fama de mujer fácil, y el tímido Napoleón creía en el matrimonio. Aun así cuando Josefina lo invito a una de sus veladas semanales para sorpresa de ella Napoleón acepto. En la velada Napoleón se sintió fuera de su elemento, no se sentía cómodo. Todos los escritores e ingenios de la ciudad estaban ahí, había mujeres hermosas, incluso más hermosas que Josefina. Pero los hombres estaban congregados alrededor de Josefina atraídos por su distinguida presencia y majestuosa actitud. Ella los abandono varias veces para acudir al lado de Napoleón, nada habría podido halagar mas el inseguro Ego de este.
El empezó a visitarla. En ocasiones ella lo ignoraba, y el se marchaba encolerizado. Pero al día siguiente llegaba una apasionada carta de Josefina, y el corría a verla. Pronto pasaba casi todo el tiempo con ella, en 1796 Napoleón y Josefina se casaron.
Dos días después Napoleón partió a dirigir una campaña en el Norte de Italia contra los austriacos “eres el objeto constante de mis pensamientos” le escribió a su esposa desde el extranjero. En ese momento Josefina se dio cuenta de que tenía el control de la relación y empezó a mostrarse distante y luego a hacerlo sentir el Calor y el Frío. O sea le mostraba un poco de interés y atención y en cuanto este se sentía confiado se alejaba con lo que solo generaba la cólera y la duda en Napoleón.

La gente es inherentemente perversa. Una conquista fácil tiene menos valor que una difícil, en realidad, solo nos excita lo que se nos niega, lo que no podemos poseer por completo. Tu mayor poder en la seducción es tu capacidad para distanciarte, para hacer que los demás te sigan, retrasando su satisfacción. La mayoría de las personas calculan mal y se rinden muy pronto, por temor a que la otra pierda interés, o que el hecho de darle lo que quiere conceda al dador cierto poder. La verdad es lo contrario: una vez que satisface a alguien, pierdes la iniciativa y te expones a que el pierda el interés al menor capricho. Recuerda: la vanidad es decisiva en el Amor. Haz temer a tus objetivos de que te apartaras, que dejaran de interesarte, y despertaras su inseguridad innata, el miedo de que al conocerlos dejen de excitarte. Estas inseguridad son devastadoras, luego una vez que se sientan inseguros de ti y ellos mismos, reenciende su esperanza haciéndolos sentir deseados de nuevo. Vehemencia y frialdad, vehemencia y frialdad: esta forma de la coquetería es perversamente placentera, pues aumenta el interés y mantiene la iniciativa de tu lado. Jamás te desconciertes por el enojo de tu objetivo: es Signo Seguro de Esclavitud.

2- El Coqueto Frío: En 1952 Truman Capote, de éxito reciente en los círculos literarios y sociales, empezó a recibir una andanada casi diaria de rendida correspondencia de un joven llamado Andy Warhol. Ilustrador de diseñadores de calzados, revistas de moda y cosas así, Warhol hacia bellos y estilados dibujos, alguno de los cuales envío a capote con la esperanza de que los incluyera en algunos de sus libros. Capote no respondió. Un día al llegar a su casa Capote encontró a Warhol hablando con su madre, con quien vivía. Luego, Warhol empezó a telefonear casi todos los días. Al cabo, Capote puso fin a todo esto, “parecía una de esas pobres personas a las que sabes que nunca le sucederá nada. Un pobre perdedor de nacimiento”. Diría el escritor mas tarde.
Diez años después, Andy Warhol pintor en ciernes realizo su primera exposición individual, en la Stable Gallery de Manhattan. En las paredes había una serie de serigrafías basadas en la lata de sopas Cambell`s y la botella de Coca Cola. En la inauguración permaneció distante y poco hablador, contrastaba enormemente con la anterior generación de artistas, los expresionistas abstractos en su mayoría bebedores y mujeriegos. Los críticos estaban desconcertados e intrigados por su frialdad, no podían explicarse que sentía el artista, cuando le preguntaban el le respondía “lo hago porque me gusta” o “me encanta la sopa”, los críticos dieron rienda suelta a sus interpretaciones. La exposición fue un gran éxito y sitúo a Warhol como una de las principales figuras de un nuevo movimiento el Pop Art.
En 1963 Warhol rento un inmenso desván en Manhattan, al que llamo la Factory, y que pronto se volvió el centro de un vasto sequito: acompañantes, actores, aspirantes a Artistas. En las noches en particular Warhol vagaba por su desván o permanecía en una esquina, le gente se le amontonaba a su lado, y le hacia preguntas de todo tipo y el respondía a su evasiva manera. Pero nadie lograba acercársele físicas ni mentalmente, el no lo permitía. Al mismo tiempo si el pasaba junto a alguien y no lo saludaba o le decía “Hola” esa persona quedaba devastada preguntándose “porque?” “que había hecho para que no saludara?”, Warhol no había reparado en el, quizás estaba borrado del mapa.

Los coquetos fríos generan espacio al permanecer esquivos y hacer que los demás los persigan. Su frialdad sugiere una holgada seguridad, cuya cercanía es apasionante, aunque en realidad podría no existir, el silencio de los coquetos fríos te hace querer hablar. Su contención, su apariencia de no necesitar de otras personas, nos impulsa a hacer cosas por ellos, ansiosos de la menor muestra de reconocimiento y favor. Recuerda: la seducción es un proceso de esconderse de la gente, de hacer que quiera perseguirte y poseerte. Finge distancia y la gente se volverá loca por obtener tu favor. Los seres humanos, como la naturaleza, aborrecemos el vacío, y la distancia y silencio emocionales nos inducen a llenar el hueco con palabras y calidez propia. A la manera de Warhol, aléjate y deja que los demás se peleen por ti.

Claves de Personalidad:

1- Los coquetos son embaucadores consumados, expertos en incitar el deseo con una apariencia provocativa o una actitud tentadora. Pero la verdadera esencia de los coquetos es de hecho su habilidad para atrapar emocionalmente a la gente, y mantener a sus victimas en sus garras mucho después de ese primer cosquilleo de deseo. Esta actitud los coloca en la fila de los seductores más efectivos.
2- Para entender a los coquetos primero debes entender una propiedad crítica del amor y del deseo: mientras mas persigas a una persona, más probable es que la ahuyentes. Muy a menudo cometemos este error de prestar demasiada atención y tiempo pensando que nuestra presencia es tranquilizadora. Pero los coquetos poseen un conocimiento inherente de esta dinámica. Maestros del repliegue selectivo, insinúan frialdad, ausentándose a veces para mantener a su victima fuera de balance, sorprendida, intrigada. Recuerda: la clave del coqueto no radica en el señuelo y la tentación, sino en la posterior marcha atrás, la reticencia emocional. Esta es la clave del deseo esclavizado.
3- Para adoptar el poder del coqueto debes comprender otra cualidad: su narcisismo. Sigmund Freud caracterizo a la mujer narcisista como obsesionada con su apariencia, y como el tipo de mujer con mayor efecto sobre los hombres. La independencia de la coqueta también desafía al hombre, esos aires de seguridad y confianza, de no necesitar de nadie hacen que el hombre quiera ser quien la vuelva dependiente, reventar su burbuja. Es mucho mas probable sin embargo que el termine siendo su esclavo, al concederle incesante atención a fin de conseguir su amor, y fracasar en esto porque la mujer narcisista no tiene necesidad emocionales, es autosuficiente.
4- La coquetería se atribuye por tradición a las mujeres, y ciertamente esta estrategia fue durante siglos una de las pocas armas que ellas tenían para atraer y someter el deseo de un hombre. Uno de los ardides de la coqueta es el retiro de favores sexuales, truco que las mujeres han usado a todo lo largo de la historia: La reina Isabel I de Inglaterra llevo la coquetería al extremo, despertando deliberadamente los deseos de sus cortesanos, pero sin acostarse con ninguno.
5- El coqueto debe poder excitar al objeto de su atención. La atracción puede ser sexual, emocional, o de necesidad. Al mismo tiempo el coqueto emite señales contradictorias que estimulan respuestas contradictorias, hundiendo a la victima en la confusión. Esta estrategia es muy eficaz. Al experimentar un placer una vez, anhelamos repetirlo, así el coqueto nos brinda placer, pero luego lo retira. La alternativa de calor y frío es la pauta más común.
6- Los coquetos nunca se ponen celosos: esto atentaría contra su imagen de fundamental autosuficiencia. Pero son expertos en causar celos: al poner atención en un tercero, creando así un triangulo de deseo, indican a sus victimas que quizás ya no están tan interesados en ellas. Freud tenia esta característica sus alumnos lo llamaban “complejo de dios” se comportaba como una especie de Mesías, demasiado excelso para emociones triviales, Freud siempre guardo distancia entre sus alumnos pero a quienes apenas si invitaba a cenar, pero en cuanto uno de sus alumnos veía o escuchaba que otro iba a cenar con su maestro, este exaltaba su cólera. Sus celos cuando el favorecía de repente a uno de sus estudiantes no hacían sino aumentar el poder de Freud sobre ellos.
7- Las tácticas de los coquetos son adoptadas hoy en día hasta por los políticos para enamorar al pueblo. Mientras emocionan a las masas con sus discursos, estos líderes preservan una indiferencia interna, lo que les permite mantener el control. Si alguna vez vas a un acto de estas personas te darás cuenta como ellos le dan calor a la gente mediante sus palabras de aliento y esperanza, y después van saludando uno por uno a quienes asisten al acto. Pero luego piensas que los van a llamar? Y si la gente los llama piensas que los van a atender?... Esto es un claro ejemplo del calor y el frío.

Peligros:

1- Los coquetos enfrentan un peligro obvio: juegan con emociones explosivas. Cada vez que el péndulo oscila, el amor cambia a odio. Así, ellos deben ordenar todo con mucho cuidado. Sus ausencias no puede ser muy largas, su enojo deben ser seguido pronto con sonrisas.
2- Los coquetos pueden mantener atrapadas emocionalmente a sus victimas mucho tiempo, pero al paso de meses o años esta dinámica podría resultar tediosa.
3- El coqueto incita emociones muy fuertes, y los rompimientos suelen ser temporales. El coqueto causa adicción: muchas veces pensamos que nos podemos desprender de su hechizo pero en cuanto los volvemos a ver o nos escriben, volvemos a caer en su trampa.
4- El coqueto frío puede generar un odio particularmente profundo. Valeria Solanas fue una joven que cayo bajo el hechizo de Andy Warhol. Había escrito una obra de teatro que lo divirtió, y tuvo la impresión de que el podía llevarla a la pantalla. Se imagino convertida en celebridad. También se involucro en el movimiento feminista, y cuando en junio de 1968 se dio cuenta de que Warhol jugaba con ella, dirigió contra el su creciente ira contra los hombres y le disparo tres veces, con lo que estuvo a punto de matarlo.
5- Los coquetos fríos, pueden estimular sentimientos antes intelectuales que eróticos, menos pasión que fascinación. El odio que pueden suscitar es aun mas insidioso y arriesgado, porque no tiene como contrapeso un amor profundo. Así, deben comprender los límites del juego, y los perturbadores efectos que ellos pueden tener en personas poco estables.

Fuente: Robert Greene
Libro: “El arte de la Seducción”
Éxitos Sargeo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente publicacion Antuan, pero cual es el problema con Sargear? Porque hay escuelas que lo critican.

Anónimo dijo...

Buenas, estoy interesado en saber cuantos Arquetipos son? porque hasta ahora no me identifico con ninguno.

Saludos Luis, Mexico.

Anónimo dijo...

Lo que pasa es que eres homosexual. Saludos!